
Las burbujas y la espuma que genera un producto de limpieza no cumplen ningún papel importante en la eficacia del lavado, por le contrario es un agente altamente contaminante y más cuando el agente que la genera es sintético. A su vez requiere grandes cantidades de agua potable para su eliminación.
El desecho de espuma genera consecuencias muy perjudiciales para el ambiente, ya que la acumulación de la misma en medios acuáticos incentiva el crecimiento desmedido de plantas acuáticas sobre la superficie del agua, lo que impide el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Esto tiene un doble efecto, por un lado no llega el oxígeno al agua por lo que varias especies acuáticas se mueren, proceso que se intensifica ya que las plantas acuáticas tampoco se oxigenan, por lo que mueren y se descomponen dentro del medio acuático generando un consumo adicional de oxígeno.

Todos los envases que utilizamos son de material PET. Si bien lo ideal es disminuir el uso de envase como norma general, estos envases presentan varios beneficios con respecto a envases de otro tipo de material. En primer lugar, su proceso de fabricación requiere un menor uso de electricidad por las características propias de la materia prima, a su vez es un material sumamente fácil de reciclar ayudando también a bajar el consumo eléctrico. El PET es un material mucho más liviano por lo que al momento de ser transportado, puede hacerse en cantidades mayores por carga, disminuyendo así el impacto del uso vehicular.
Nuestras etiquetas son de OPP, polipropileno, si bien existen etiquetas de papel, las mismas lamentablemente no pueden usarse en productos de limpieza ya que al mínimo contacto con el agua estas se deshacen. Por ello elegimos este material que es resistente al agua y por su composición no requiere ser separada de los envases para ser reciclada, evitando un paso adicional en el proceso.